La esencia de su método consiste en reproducir las condiciones naturales tan fielmente como sea posible, de modo que el suelo se enriquece progresivamente y la calidad de los alimentos cultivados aumenta sin ningún esfuerzo adicional. Entre los principios del sistema de cultivo que predicaba, estaba el no arar, no usar abonos ni fertilizantes, no eliminar las malas hierbas ni usar herbicidas, no usar pesticidas y el no podar.
Pero lo que de verdad le convirtió en una figura mundialmente conocida fue el desarrollo de las bolas de arcilla o como se mejor se conocer Nendo Dango, que es su traducción al japones. Estas bolas consiguen mejorar la producción de la naturaleza con la menor intervención posible. Consisten en unas bolitas de barro y otros nutrientes de entre 2 y 3 cms, donde se mezclan una semilla principal con distintas semillas de diferentes tipos que ayudarán a preparar el terreno.
Esta forma de cultivo consiste en esparcir las bolas por el campo sin enterrarlas. Las primeras lluvias conseguirán deshacer las bolas, ayudando a germinar las semillas. La función del barro es de proteger las semillas de los animales y las inclemencias del tiempo, con lo que se aumentan las posibilidades de germinación.
1 comentarios:
Ojala el mundo adopte este sistema y cuidar el planeta, ya que es cuidarnos nosotros tambien...Pensemos en el mundo que le dejaremos a nuestros hijos
Publicar un comentario